Las raíces del árbol, y las nuestras, son muy importantes, son una reserva de energía con la que usualmente no contamos. Como personas con nuestra propia historia y la de toda la humanidad, desde que existe, llevamos en nosotros una fuerza, un impulso, que es evolutivo y se mantiene y se trasmite en todas las generaciones y funciona, aparentemente, por su cuenta. Es el impulso evolutivo. Nos hemos imaginado que puede haber sido el camino de los seres humanos desde las cavernas hasta aquí. Entonces si la evolución, o el progreso, se desarrollan e incluye nuestra participación, nuestro granito de arena, queda claro que el impulso evolutivo nos está señalando una línea, muy amplia, sobre la cual podemos ordenar los niveles de nuestros objetivos.
Alberto Costa Meschberg Psicólogo y Coach Profesional enRivas, alcostames.com
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